Mujer & Trabajo

Mujer y Trabajo

Mujer & Trabajo en tiempos de pandemia

Mujer y Trabajo

La crisis mundial provocada por el COVID-19 golpeó fuerte a Chile con una economía neoliberal, sin un sistema de seguridad social con foco en el bienestar de las trabajadoras y trabajadores. Nuestro país es de aquellos que tienen casi nulas políticas de protección al empleo, la tasa de desocupación alcanzó un 11,7% para las mujeres y un 12,6% para los hombres, en el último trimestre.

Según la Encuesta Nacional de Empleo del INE, la tasa de ocupación laboral femenina para el trimestre abril, mayo y junio fue de 41,2%, la más baja en los últimos diez años. Esto quiere decir que, menos de la mitad de las mujeres en edad de trabajar lo está haciendo por una remuneración y lógicamente debemos preguntarnos ¿Por qué la tasa de ocupación laboral femenina es tan baja? Lo anterior claramente ha sido consecuencia de la crisis sanitaria que estamos viviendo, sin embargo, no es el único factor que influye en ello, y más que ser la causa del problema, la propagación mundial del virus Covid-19, ha dejado en evidencia que el rol social y sexual asignado histórica y culturalmente a las mujeres dentro de la producción económica capitalista, tiene – y ha tenido- un impacto internacional tan grande y profundo como la pandemia. Es decir, es el resultado de que vivimos en una sociedad dominada por el patriarcado, que ubica a la mujer en las labores domésticas y al hombre en función de proveedor.

Lo grave de todo esto, es que gran parte de las mujeres que no trabaja por una remuneración, no es porque no puede o no lo desea, sino porque se dedica a trabajo doméstico y de cuidados (no remunerado). Lo cierto es que la sobrecarga en los quehaceres del hogar y el cuidado de niños, niñas, adultos mayores dependientes y personas enfermas recae en las mujeres, lo que lógicamente trae como consecuencia, que difícilmente puedan realizar trabajos fuera del hogar que signifiquen una remuneración. 

En este mismo sentido, se debe indicar que la vuelta masiva de las familias al espacio privado/doméstico, sumado a la suspensión de las clases de colegios y jardines, ha contribuido a que ellas asuman el trabajo y el cuidado de los hijos y personas dependientes en desmedro de sus propias responsabilidades laborales o profesionales, todo esto, les ha llevado a soportar la mayor parte del estrés del confinamiento y a ser las principales víctimas de la violencia de género.

Especial mención merecen aquellas que se encuentran con modalidad de trabajo a distancia o teletrabajo, que entre ollas, pañales y traperos, deben lidiar con sus responsabilidades laborales, donde el hogar es también la oficina. Lo anterior lógicamente pareciera dificultar la capacidad de concordar los tiempos laborales, familiares y personales.

Esta sobrecarga laboral y domestica, las culpas de estar en casa y no poder tener tiempos de calidad con los hijos, se suman a muchos otros factores que afectan su salud emocional, mujeres embarazadas con miedo a contagiarse y contagiar a sus bebés, madres trabajadoras que están gozando de su postnatal pero tienen el fantasma de que deben volver a sus puestos de trabajo y tener que dejar a sus niño/as al cuidado de otras personas (las que tiene esa posibilidad) y otras definitivamente tendrán que renunciar a sus trabajos por no tener con quien dejar a los niños, etc.

Un tema más que es relevante destacar, es el hecho de que muchas mujeres que han debido abandonar sus puestos de trabajo por hacerse cargo de la crianza o las que están con suspensión de empleo, son también jefas de hogar y el único sostén de sus familias, lo que como lógicamente trae como consecuencia, falta de recursos para cubrir las necesidades básicas del núcleo familiar, lo que suma una carga emocional más. Lo anterior sin mencionar que en nuestro país existe un número muy elevado de padres deudores de alimentos, cifras dadas a conocer en el Senado durante la discusión de retención del 10% de los fondos de AFP por esta misma razón ,  indican que el 84% de las pensiones en Chile se encuentran impagas, es decir de cada cinco padres o madres obligados/as al pago de pensión de alimentos, solo uno/a está al día; siendo el 98% de los deudores hombres, lo que marca una vez más el rol de la madre en la crianza de los hijos.

LEGISLACIÓN RELATIVA A MATERIAS DE CRIANZA Y MATERNIDAD  QUE HAN SURGIDO DURANTE LA PANDEMIA

En razón de las lógicas preocupaciones de las mujeres trabajadoras y a cinco meses del primer caso de COVID-19 en Chile, se han dispuesto por la autoridad  diversas medidas con la finalidad de resguardar sus derechos, resultando de especial importancia las que dicen relación con la protección a la maternidad. Al respecto debemos mencionar la que puede ser la mas importante norma en este sentido, como es la “Ley de Crianza Protegida”, que al fin pudo ver la luz el día 26 de julio, luego de muchos tira y afloja del Gobierno y oposición. Esta ley crea una nueva licencia médica preventiva parental Covid-19 -de cargo de la Isapre o de Fonasa según corresponda, a la que podrán acceder todas las madres y padres cuyo posnatal haya vencido a partir del 18 de marzo pasado, por un plazo de 30 días, prorrogables por dos veces por períodos continuos hasta completar tres meses, siempre que se encuentre vigente el estado de excepción constitucional. Además las madres, padres o cuidadores de niños nacidos desde 2013 en adelante, podrán acogerse a la suspensión de su contrato de trabajo por motivos de cuidado y a percibir los beneficios de la Ley de Protección al Empleo, mientras el establecimiento educacional del o los niños o niñas no se encuentren funcionando por acto o declaración de autoridad por motivo del coronavirus. Esta fue una ley muy esperada por las madres que estaban ya en la ultima etapa de su postnatal parental y por quienes tienen hijos pequeños, ya que les viene a dar un alivio y les permite permanecer un tiempo más junto a ellos.

Por su parte la Dirección del Trabajo, mediante el dictamen 1884/014 de 11 de junio de 2020 viene a responder a la interrogante de padres y madres respecto de que pasa con el derecho a sala cuna establecido en el artículo 203 del código del trabajo en el caso de trabajo a distancia o teletrabajo durante la pandemia, atendido que los jardines infantiles y salas cunas se encuentran cerrados; ¿se suspende esta obligación del empleador, por encontrarse la madre en casa? Dicho dictamen hace un análisis de la situación actual de las trabajadoras que han debido mutar su modalidad de trabajo presencial por trabajo a distancia o teletrabajo e indica que, en el marco de esta emergencia sanitaria se mantiene el derecho a que el empleador provea la respectiva sala cuna, lo que habilita a que las partes puedan acordar el pago de un bono compensatorio, así se resguardaría por un lado el debido cuidado del menor y por otro se garantiza que la madre trabajadora pueda desarrollar sus capacidades como tal. Si bien no se trata una norma nueva, sino sólo una interpretación lógica, hecha por la Dirección del Trabajo en el contexto de la pandemia actual, ésta viene a despejar la duda generada en relación a sí persiste su derecho a sala cuna.

                Actualmente existe un proyecto de ley que busca proteger a las mujeres embarazadas que tiene por objeto principal modificar el artículo 202 del Código del Trabajo, incorporando un nuevo inciso final que disponga el deber del empleador de pactar “teletrabajo” o “trabajo a distancia” con aquellas trabajadoras embarazadas, sin reducción de sueldo, cuando se decrete alerta sanitaria por la autoridad competente, cuando haya epidemias o enfermedades contagiosas. Del mismo modo, si las labores de la trabajadora no fueren compatibles con la modalidad a distancia, el empleador podrá pactar la asignación de nuevas funciones que no importen atención al público. Sin embargo la tardanza de este tipo de normas solo vienen a perjudicar a quienes se encuentran embarazadas en medio de esta crisis sanitaria.

                Otro de los temas que ha dado que hablar, a propósito del retiro del 10% de las AFP, es la gran cantidad de deudores de alimentos que hay en nuestro país y eso gracias a la facilidad que existe para burlar este derecho de los hijos de recibir una pensión del padre o madre que no vive con ellos, por eso a iniciativa de algunos parlamentarios surgió un proyecto de ley que busca retener el sueldo de los padres o madres que no cumplan con esta obligación legal, eliminando de la ley aquella excepcionalidad que permite entregar a la voluntad de los padres y madres, el pago en  tiempo y forma, dejando la responsabilidad de forma exclusiva al empleador de descontar mensualmente el pago de estas pensiones con el fin de asegurar su cumplimiento. Además busca que sean incluidos para los descuentos las personas independientes sujetas a contrato de honorarios o que perciban una pensión por vejez,  invalidez o sobrevivencia

Sin perjuicio de los intentos que han hecho el gobierno y los legisladores en orden a proteger la maternidad y a las mujeres trabajadoras durante esta pandemia, estos han resultado ser insuficientes, además de llegar tardíamente. En este sentido resulta importante que las medidas que se tomen para enfrentar la crisis, en adelante, tengan  enfoque de género, que busque dar respuestas oportunas a las necesidades de las mujeres y madres trabajadoras, con el principal objetivo de promover la reinserción laboral femenina en empleos de calidad. Además son necesarias  políticas públicas que también promuevan la corresponsabilidad y la participación de los hombres en el trabajo del hogar.